El virus H1N1 causante de la «Nueva Gripe»

El Centro para el control  y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) tras analizar muestras del virus H1N1 causante de la «Nueva Gripe» ha afirmado que es una mezcla nunca antes vista de virus de cerdos, aves y humanos. 

Un virus no deja de ser una envoltura proteica de un material genético, bien en forma de ADN o de una cadena sencilla de ARN, que necesita de la maquinaria metabólica de una célula invadida para poder replicarse y producir muchas copias del virus original. En dicho proceso reside la capacidad destructora de los virus ya que pueden perjudicar la célula huésped hasta destruirla.

Los virus de la gripe se clasifican en tres tipos: A, B y C. Este último sólo genera problemas respiratorios leves. Los subtipos son definidos en función de las proteínas que se encuentran en la envoltura viral. Los virus A y B tienen 2 tipos de proteínas de superficie: la hemaglutina (H) y la neuraminidasa (N), distribuidas en forma de protuberancias sobre la envoltura. La denominación H1N1 corresponde a la hemaglutinina de tipo 1 y a la neuraminidasa de tipo 1.

Los virus de tipo A y B tienen como material genético ocho segmentos de ARN (ácido ribonucleico) que se mezclan al azar, como si se barajaran naipes según ha explicado la viróloga del Instituto Pasteur de París, Sylvie van der Werf. Como consecuencia de esto pueden tener cambios importantes y mutar radicalmente.

Cuando 2 virus co-infectan la misma célula, los nuevos virus que se producen pueden contener segmentos provenientes de los virus «padres»  de diferentes cepas. La particularidad del virus H1N1 actual es que contiene una combinación inédita procedente de 4 virus distintos, originarios de 3 especies diferentes: porcina -2 virus-, aviaria y humana.

La detección y la vacuna:  un trabajo a escala mundial

La Organización Mundial de la Salud en colaboración con muchos otros organismos nacionales e internacionales, entre los muchos esfuerzos que se están haciendo contra la pandemia está la publicación de las secuencias genómicas de diferentes cepas virales. Se comparten los datos del virus y su secuencia genética es enviada a un banco de datos público. Para establecer un diagnóstico, los científicos pueden comparar los virus aislados en el laboratorio. Se trata de un trabajo científico a escala mundial.

Por un lado se está trabajo en la detección específica del virus, basada en la técnica de amplificación genética llamada PCR, que permitiría identificar el virus en pocas horas. Según científicos de Hong Kong podría estar listo en una semana.

El intercambio de cepas del virus entre laboratorios es también necesario para poder desarrollar una vacuna. La fabricación a gran escala de la nueva vacuna contra la gripe, tiene 2 grandes. En primer lugar los científicos de la Agencia para el control de enfermedades americana están cultivando en el laboratorio el virus aislado en México y tardarán 2 semanas en obtener una «cepa de referencia».

Después , el primer prototipo de la nueva vacuna se entregará a las cuatros grandes empresas que fabrican vacunas contra la gripe en el mundo, entre ellas la francesa Sanofi-Pasteur, que fabricó el año pasado 1.600 millones de dosis contra la gripe estacional. Aún trabajando 24 horas al día, siete días a la semana esta compañia ha dicho que necesitará como mínimo 3 meses. Con lo que si se decide utilizarla, será suministrada para la próxima temporada de la gripe, el próximo otoño.

Pero el director del CDC, Richard Besser, ya ha planteado interrogantes en torno a esta vacuna: «La pregunta es ¿quién la recibirá? ¿a quién vacunaremos? La respuesta depende de lo que hayamos aprendido del virus y de cómo se transmite. Es una decisión más social que científica. Claramente, no podemos vacunar a 300 millones de personas».

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