Tormentas solares (II): sólo cuestión de tiempo.

¿Que pasaría hoy en día si una gran tormenta solar similar a la de 1859, evento Carrington, alcanzara la tierra?. Si tuviéramos hoy una tormenta parecida, la vida se paralizaría.

Muchas de las cosas que ocurrieron en 1859 quedaron como meras anécdotas, hoy sin embargo está en juego la tecnología en la que se basan todos los aspectos de nuestra vida.

Las consecuencias: lo que sí y lo que no

Como ya hemos visto las tormentas solares tienen 3 fases, aunque no todas tengan que darse en una tormenta. En primer lugar aparecen las erupciones solares y los rayos X y luz ultravioleta que nos alcanzan ionizarán la capa superior de la atmósfera interfiriendo con las comunicaciones por radio. Después llega la tormenta de radiación, que puede ser muy peligrosa para los astronautas. Por último, tenemos la eyección de masa coronal, que provoca que una nube de partículas cargadas alcance la tierra, desde unas horas hasta varios días después de la eyección. Cuando lo hace, las partículas solares pueden interactuar con el campo magnético de la Tierra, provocando fuertes fluctuaciones electromagnéticas.

Entre las consecuencias que tendrían preocupan especialmente todo lo relacionado con el posicionamiento por satélite, los GPS, que están presentes en aviones, automóviles y teléfonos. Además las comunicaciones vía satélite son ahora mismo imprescindibles para la actividad diaria y correrían peligro con la llegada de una tormenta solar.

Sin embargo, la mayor preocupación es la red eléctrica, puesto que la subida de tensión que provocarían las partículas solares podrían dañar los transformadores eléctricos, y se necesitaría mucho tiempo para sustituirlos, sobre todo si se destruyen cientos a la vez. Hay que tener en cuenta que las infraestructuras eléctricas están interconectadas y los cortes se prodrían producir en cascada.

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Ahora bien, vamos a ver que cosas puede hacer una tormenta solar y que no puede hacer.

10 Cosas que NO puede hacer una tormenta solar extrema

  1. NO daña directamente a personas, animales o plantas en la tierra.
  2. NO produce ningún tipo de enfermedad.
  3. NO afecta a los marcapasos ni otros dispositivos independientes similares.
  4. NO afecta a los aparatos desconectados de la red eléctrica, ni impide el funcionamiento de los coches.
  5. NO quema nada, ni tiene efecto alguno explosivo o de onda expansiva.
  6. NO eleva las temperaturas, ni hay ningún tipo de vientos huracanados, precipitaciones ni nada similar. Aunque se llame tormenta solar, sus efectos son los de un pulso electromagnético, más limitado que uno artificial.
  7. NO contamina ni produce radiaciones ionizantes en tierra
  8. NO produce terremotos.
  9. NO puede directamente derribar aeronaves ni afectar a las embarcaciones.
  10. NO afecta a las brújulas tradicionales ni otros elementos de medición independientes de satélites y de fuentes eléctricas.

10 Cosas que SI puede hacer una tormenta solar extrema

  1.  SI puede provocar caída de la telefonía, de los medios de comunicación e información lo que a su vez causará un gran desconcierto en la población por falta de información fiable.
  2. SI puede dejar inservibles durante meses redes eléctricas y cualquier aparato conectado a ellas en el momento del impacto.
  3. SI puede causar un aumento del número de incendios eléctricos en espacios privados, públicos o industriales necesitándose un rápido control para evitar su propagación.
  4. SI puede incrementarse la accidentalidad del tráfico por carretera, ferrocarril, marítimo o aéreo por la caída repentina de señalización de tipo eléctrico (semáforos, etc.) y la falta de localización vía satélite GPS en las operaciones de aterrizaje y atraques.
  5. SI puede causar fallos en ascensores y montacargas durante la tormenta, con personas que necesitaran de rescate posterior.
  6. SI puede causar fallos en sistemas de potabilización y saneamiento de los pueblos y ciudades, así como en la gestión de residuos lo que tendrá incidencia en la salud pública.
  7. SI puede causar fallos en sistemas de bombeo de combustible de los depósitos públicos y privados por fallo de las bombas eléctricas.
  8. SI puede causar la interrupción del abastecimiento de suministros médicos o de alimentación con incremento de la conflictividad social si no se da una respuesta organizada.
  9. SI puede causar desplazamientos de población.
  10. SI puede causar incidentes puntuales de tipo radiológico en función de la distancia respecto de las instalaciones que hayan podido tener problemas eléctricos similares o, posteriormente, por el problema del mantenimiento de la refrigeración autónoma necesaria.

Refuerza lo ya expuesto, un informe de la NASA publicado en 2008, “Severe Space Weather Events—Societal and Economic Impacts”, que indica que tanto los sistemas eléctricos, la navegación GPS, el transporte áereo, los sistemas financieros y las comunicaciones de emergencia por radio serían interrumpidos.

El informe pone de relieve la existencia de 2 grandes problemas de fondo:
  • Las modernas redes eléctricas están diseñadas para operar a voltajes muy altos sobre áreas geográficas muy extensas, lo que las hace especialmente vulnerables a esta clase de pulsos electromagnéticos.
  • El segundo problema es la interdependencia de estas centrales con los sistemas básicos que garantizan nuestra vida: suministro de agua, tratamiento de aguas residuales, mercados financieros, red de telecomunicaciones, transporte de alimentos y medicamentos, etc. Demasiados aspectos cruciales de nuestro actual modo de vida dependen de que no falle el suministro eléctrico.

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1. Ni agua ni transporte.

Creo que sería la única catástrofe que afectaría más a los países más ricos y desarrollados tecnológicamente que a los paises en vías de desarrollo.

  • Lo primero que escasearía sería el agua potable. Al dejar de funcionar las bombas, las personas que vivan en pisos altos serían las primeras en no disponer de agua. Los demas irían poco a poco quedándose sin ella ya que agotada la que estuviera en las tuberías, sería imposible bombearla desde pantanos y depósitos.
  • Dejaría de funcionar el transporte eléctrico: ni metro ni trenes, lo que dejaría inmovilizados a millones de personas y dificulataría el suministro de alimentos y mercancías a las grandes ciudades.
  • Hospitales: los grandes hospitales podrían funcionar con los generadores durante cerca de 72 horas. Después de eso adiós a la medicina moderna.
  • Oleoductos de gas natural y combustible: sin el funcionamiento de las bombas no habría transporte de combustible.
  • Centrales de carbón: consumirían sus reservas hasta su detención.
  • Centrales nucleares: están programadas para desconectarse automáticamente ante fallo de alimentación electrica

2. Sin calefacción ni refrigeración, la gente empezaría a morir en cuestión de días.

Todos aquellos que dependieran de un tratamiento médico o un suministro regular de medicaciones, tan habituales como la insulina serían los primeros en fallecer.

El informe americano de la NASA calcula un impacto económico en Estados Unidos, diez veces superior al Katrina sólo durante el primer año, y considera un periodo de recuperación de entre cuatro y diez años.

Bien, sabemos qué puede pasar y qué va a pasar. ¿Qué se está haciendo a nivel institucional?

Lo primero, preveer: Vigilancia y alerta

El área en el que se está trabajando con mucho rigor y seriedad es en la prevención. Los dispositivos de vigilancia de las tormentas solares y todo lo relacionado con el Clima espacial son del más alto nivel. Ya hemos mencionado el Centro de Predicción del Clima espacial de la NOAA (Space Weather Prediction Center. National Oceanic and Atmospheric Administration), en el que se está monitorizando en tiempo real el sol y bajo la escala de intensidad de efectos de la NOAA descrita en el anterior post, está dando continuamente la situación en la Tierra.

Si se consiguen prever las tormentas con mayor exactitud se podrán tomar las medidas necesarias para mitigar el impacto. Vimos como hasta las emisiones más peligrosas de las tormentas solares viajan bastante despacio, por lo que se pueden detectar antes de que lleguen a la tierra. Esto puede darnos un margen de hasta 20 horas para decidir las acciones a realizar. Algo tan sencillo como que las compañías eléctricas apaguen los transformadores antes de la llegada de la tormenta solar, provocaría apagones locales, pero no durarían mucho.

Elbit1En el ámbito militar el abordaje de este riesgo se relaciona con la amenaza de un Pulso electromagnético artificial, provocado por una explosión nuclear en altura, y su afección en las infraestructuras críticas. De hecho existe ya en Estados Unidos una comisión gubernamental especialmente constituida en 2011, para estudiar esa amenaza y tomar las medidas pertinentes, (Commission to assess the threat to the United States from electromagnetic pulse (emp) attack) que ya emitió un informe interesante.

En Europa ya en el año 2011 se celebró un evento que dió lugar a un informe denominado «The space weather awareness dialogue: findings and outlook» donde vuelve a ponerse de manifiesto la realidad de la amenaza. Lo cierto es que, una vez más, la acción europea adolece de una coordinación y eficacia como Unión. La Agencia Espacial Europea ESA se coordina con la NOAA en todo lo relativo a la información solar a través del proyecto de cooperación internacional SOHO pero los aspectos operativos conjuntos y la necesaria formación y divulgación a los ciudadanos brillan por su ausencia.

En lo concreto se está viendo esfuerzos y medidas públicas y concretas por distintas potencias incluidas China, Francia y Alemania. La más importante la adoptada por el Reino Unido donde en respuesta al mandato del Gobierno se añadieron las tormentas solares al Registro Nacional de Riesgos de Emergencias Civiles en 2011 y se creó el Centro para Operaciones del Clima Espacial en el Servicio Meteorológico (Met Office Space Weather Operations Centre (MOSWOC)) con el fin de proveer al Reino Unido de capacidad operativa y predictiva para proteger al país de la amenaza severa que traen los eventos solares. El Reino Unido firmo bilaterlamente con Estados Unidos un acuerdo de colaboración donde el Met Office trabajaría en colaboración con la NOAA americana, comenzando en 2011 y a finales de 2013 recibió 4,6 millones de libras del Gobierno, Department for Business, Innovation & Skills (BIS), para un servicio operativo de predicción.

En Australia, también en 2011, concluyeron el primer mapa preliminar de  riesgo nacional por eventos de clima espacial, para caso de producirse una gran tormenta solar que afectase a sus infraestructuras eléctricas nacionales. El informe «Una evaluación preliminar de los riesgos para la red eléctrica regional australiana ante el clima espacial» ( «A preliminary risk assessment of the Australian region power network to space weather»), es un estudio nacional de todo el territorio, donde se evalúa el alcance del daño a la red eléctrica ante un hipotético evento solar en funcion de la intensidad del puso geomagnético. Este mismo informe fue abordado por la FEMA, Agencia Federal para el manejo de emergencias y por el Gobierno Británico.

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¿Y qué ocurre en España?, lo de siempre: una de pandereta!. El 24 de septiembre de 2012 fue aprobada una proposición no de ley en el Senado que solicitaba «la remisión al Parlamento Europeo y a la Comisión Europea de la conveniencia de la elaboración de un catálogo educativo y preventivo conjunto para todos los países integrados en la Unión Europea y un protocolo de actuación para medio y largo plazo ante hipotéticas situaciones de emergencia derivadas de fallos tecnológicos producidos por fenómenos naturales de origen solar», presentada por el Grupo Parlamentario Socialista. Pero en contestación a ello el grupo popular dijo que «A nivel europeo la Comisión, a través de su Dirección General de Industria y Empresa y de su organismo, el Centro Común de Investigación, de la Dirección General de Investigación, Innovación y Ciencia, ya está analizando y contemplando los posibles impactos de una tormenta solar, así como recomendando posibles acciones y respuestas ante situaciones de este tipo. Unos 70 representantes de Gobiernos, investigadores y académicos formaron parte de este evento en el que se analizaron los retos políticos, científicos y operacionales para reducir los riesgos que pudiera tener el impacto del clima extremo en las infraestructuras fundamentales y se recomendaron acciones concretas para proteger los servicios que estas proporcionan.» Se refería al informe que hemos citado antes. Por lo que  se aprobó que: «Que se remita al Parlamento Europeo y a la Comisión el criterio favorable para que, en el marco de las actuaciones del Centro Común de Investigación, departamento que pertenece a la Comisión Europea, prosiga su investigación y continúe estudiando la conveniencia de la elaboración de un catálogo educativo y preventivo conjunto para todos los países integrados en la Unión Europea ante hipotéticas situaciones de emergencia derivadas de fenómenos naturales de origen solar». Ciertamente es una curiosa proposición, educada ciertamente,  pero ¿eficaz?.

La única comunidad que ha dicho esta boca es mía ha sido Extremadura con la edición de un decálogo de buenas prácticas ante una tormenta solar, que por cierto ya no se puede localizar en su web. Y cómo siempre ocurre en estos casos el asociacionismo viene a aportar su empuje, y en este tema es de destacar la labor de la Asociación Española de Protección Civil para los eventos climáticos severos, que están realizando una labor de difusión digna de reconocimiento.

Aunque también podemos realizar nosotros la vigilancia: ya han salido hasta apps para los móviles. Ya disponemos de una aplicación de monitarización solar para tabletas y móviles.

Fuera de bromas, lo cierto es que todo lo relativo a los efectos de las tormentas solares y la actuación frente a ellas en el estado debemos enmarcarlo en el área de la protección de infraestructuras críticas.

Las infraestructuras críticas

En España existe una legislación bastante prolija sobre infraestructuras críticas derivada de la Europea, cuyo núcleo central es la Ley 8/2011, de 28 de abril, por la que se establecen medidas para la protección de las infraestructuras críticas y el Real Decreto 704/2011, de 20 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de protección de las infraestructuras críticas mediante el que se establecen medidas para la protección de las infraestructuras críticas, a fin de concretar las actuaciones de los distintos órganos integrantes del Sistema de Protección de Infraestructuras Críticas así como los diferentes instrumentos de planificación del mismo.

En este Real Decreto se crea el Catálogo Nacional de Infraestructuras Estratégicas tiene, y se le da la calificación de Secreto según la legislación vigente en materia de secretos oficiales. Según el Ministro del Interior español, existen 4.000 infraestructuras estratégicas de especial interés en España, y casi el 80 por ciento está gestionado y operado por empresas de carácter privado.

El Sistema Español de Protección de Infraestructuras críticas lo conforman:

  • La Secretaría de Estado de Seguridad
  • El Centro Nacional para la Protección de las Infraestructuras Críticas.
  • Los Ministerios y organismos integrados en el Sistema de Protección de Infraestructuras Críticas.
  • Las Delegaciones del Gobierno en las Comunidades Autónomas y en las Ciudades con Estatuto de Autonomía.
  • Las Comunidades Autónomas por un lado las comunidades con competencias estatutariamente reconocidas para la protección de personas y bienes y para el mantenimiento del orden público desarrollarán funciones a través de los cuerpos policiales autonómicos, y por otro el resto de comunidades que desarrollarán las funciones establecidas en sus estatutos.
  • La Comisión Nacional para la Protección de las Infraestructuras Críticas. Y aquí por primera vez aparece la Dirección General de Protección Civil y Emergencias.
Las herramientas de planificación en infraestructuras críticas son:
  • El Plan Nacional de Protección de las Infraestructuras Críticas (PNPIC),
  • los Planes Estratégicos Sectoriales (PES),
  • los Planes de Seguridad del Operador (PSO). En un PSO se deben definir las políticas generales de los operadores críticos, para garantizar la seguridad del conjunto de instalaciones o sistemas de su propiedad o gestión.
  • los Planes de Protección Específicos (PPE). Un PPE es un documento catalogado como operativo donde se deben definir las medidas concretas existentes y las que se vayan adoptar por los operadores críticos para garantizar la seguridad integral (física y lógica) de sus infraestructuras catalogadas como críticas.
  • y los Planes de Apoyo Operativo (PAO). Los PAO son documentos definidos como operativos donde se deben plasmar las medidas concretas a poner en marcha por las Administraciones Públicas en apoyo a los operadores críticos para la mejor protección de las infraestructuras críticas, estos Planes de Apoyo Operativo (PAO) deben ser confeccionados por parte del Cuerpo Policial estatal o en su caso autonómico, con competencia en la demarcación donde se encuentre ubicada la infraestructura crítica. Son las herramientas de colaboración de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

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 Las Infraestructuras Críticas según el Plan Español de Protección de Infraestructuras Críticas aprobado se pueden dividir en 12 sectores estratégicos:
  • Centrales y redes de energía
  • Tecnologías de la información y las comunicaciones
  • Sistema Financiero y Tributario (por ejemplo, banca, valores e inversiones)
  • Sector sanitario
  • Espacio
  • Instalaciones de Investigación
  • Alimentación
  • Agua (embalses, almacenamiento, tratamiento y redes)
  • Transportes (aeropuertos, puertos, instalaciones intermodales, ferrocarriles y redes de transporte público, sistemas de control del tráfico)
  • Industria Nuclear
  • Industria Química
  • Administración (servicios básicos, instalaciones, redes de información, activos, y principales lugares y monumentos nacionales)

Los operadores incluidos en el Catalogo de Infraestructuras críticas están obligados a realizar un Plan de Seguridad del Operador, PSO, y un Plan de Protección Específico, PPE,  para lo cual se han editado una guía de contenidos mínimos tanto del PPE como del PSO así como unas Guías de Buenas Prácticas del PPE y del PSO. Su marco legal es la resolución de 15 de noviembre de 2011, de la Secretaría de Estado de Seguridad, por la que se establecen los contenidos mínimos de los planes de seguridad del operador y planes de protección específicos conforme a lo dispuesto en el Real Decreto 704/2011, de 20 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de protección de infraestructuras críticas.

En Junio de 2014 se han aprobado los primeros 5 Planes Estratégicos Sectoriales (PES), los correspondientes a los sectores de Energía (dividida en los subsectores Electricidad, Gas y Petróleo), Nuclear y Sistema Financiero. Corresponde ahora la realización de los PSO y los PPE por parte de los operadores. El CNIP ya está trabajando en la elaboración de los Planes Estratégicos Sectoriales del Transporte (aéreo, marítimo, ferroviario y terrestre), las TIC y el Agua.

La base de la PIC, protección de infraestructuras críticas, es la colaboración entre los operadores y las instituciones. Para la mejora de la comunicación entre ambos el CNPIC está trabajando en un sistema de información como mecanismo de comunicación permanente a través del CNPIC (Sistema de Información HERMES), donde los operadores críticos, podrán dar de alta, acceder y modificar la información relativa a aquellas infraestructuras que gestionen, configurándose de esta manera un sistema de intercambio de información continuo y fluido entre el CNPIC y los diferentes operadores.

Aunque el desarrollo de la Protección de Infraestructuras Críticas vino inspirada por la amenaza terrorista y su afección en instalaciones especialmente sensibles, la amenaza de las tormentas solares también ha sido tenida en cuenta. Se ha valorado el fenómeno y se ha comprobado como de los 12 sectores estratégicos de la ley PIC, los fenómenos producidos por el clima espacial podrían afectar principalmente al Sector Espacio en su relación con el Sector telecomunicaciones (fallos en telecomunicaciones vía satélite y previsión meteorológica, afección a las radiocomunicaciones terrestres) y al Sector Energía (daños de diferentes componentes electrónicos vinculados tanto al transporte como a la distribución de la energía).

El CNIP participa en iniciativas nacionales e internacionales ante esta amenaza. En esta línea existe un grupo de trabajo liderado por la Dirección General de Protección Civil y Emergencias (DGPCE) y el CNPIC y en el que van a participar los principales agentes afectados. Tal y como afirmaba el Director del CNIP, en una entrevista de junio del 2012, la función del CNIP es una «función eminentemente preventiva cuyo objetivo es garantizar y promover una adecuada protección al conjunto de instalaciones estratégicas establecidas en nuestro territorio nacional, tratando de eliminar las posibles vulnerabilidades de las referidas instalaciones como consecuencia principalmente de ataques deliberados. La Dirección General de Protección Civil y Emergencias es la máxima responsable de desarrollar y configurar las actuaciones necesarias para gestionar una determinada situación de emergencia una vez esta se haya producido. En este sentido el trabajo de ambos organismos es evidentemente complementario y por ello es necesaria una adecuada coordinación y cooperación lograda a través de la creación de grupos de trabajo conjuntos y una comunicación continua y permanente».

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Recapitulando: hay organismos de vigilancia del clima solar, se esta investigando en la detección y predicción de los efectos; en el campo de las infraestructuras críticas se han elaborado los PES, se tienen que elaborar los PSO y los PPE, hay grupos de trabajo, etc.

Vale, pero no me queda claro qué ocurre si se produce una alerta de tormenta solar. Se detecta por la ESA/NOAA y a partir de aquí, ¿qué?. Porque en el caso de un impacto de una tormenta solar severa no tenemos a donde correr cuando nos llegue (si llega) la alerta. Y aquí me pierdo. Lo primero es que no termino de tener claro esto de la alerta: ¿existe un procedimiento de alerta?, ¿quién la recibe?, quién lo va a transmitir?, ¿de qué plazos hablamos? ¿a quién o quiénes?, ¿con qué instrucciones?, ¿qué acciones hay que tomar? etc. ¿Está definido algún Plan de alerta?, ¿de Comunicación? ¿y de Actuación?… ¿o serán también secretos?.

Antes de que nos llegue el apagón, vamos a ver en el siguiente post, qué está en nuestras manos hacer y conocer. Y a preparar nuestro kit de supervivencia. Al fin y al cabo, una tormenta solar severa en nuestras vidas sólo es cuestión de tiempo.

 

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