Las 10 estrategias de la manipulación, falsas autorías y quien manda en el mundo

La falsa autoría en Internet


Las redes sociales tienen entre sus características que repentinamente se pone de actualidad algo que puede llevar años formulado. Esto me ocurrió esta semana cuando una periodista a la que sigo en tweeter hizo una referencia a Noam Chomsky y su artículo: «Las 10 estrategias de la manipulación».

Me pareció de tremenda actualidad hablar de la manipulación de los medios. Pero también me llamó la atención porque Chomsky lo tenía relacionado con los conceptos de signo, significado y significante de Saussure y compañía, que estudiamos en lengua (no ha llovido nada!).

Noam Chomsky, reconocido por su activismo político y su fuerte crítica al capitalismo contemporáneo y a la política exterior de Estados Unidos, es en la actualidad profesor emérito de Lingüística en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y una de las figuras más destacadas de la lingüística del siglo XX.  Ha sido señalado por el New York Times como «el más importante de los pensadores contemporáneos».

Tratando de localizar la fuente original del artículo me encontré con que el texto era reproducido «copia-pega» en muchas páginas de Internet, sin citar nunca ninguna fuente. Y aunque las ’10 estrategias de manipulación mediática’ parecían inspiradas en el libro de Noam Chomsky y Edward S. Herman «Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media» (1988), sin embargo, el texto original, que ha recorrido los blogs e incluso periódicos online casi de forma viral, se atribuye a Sylvain Timsit (2002). Página, por otra parte, de una estética «conspiratoria mundial» que echa para atrás.

También, a partir de una referencia cruzada, encontré el ‘supuesto’ desmentido de Noam Chomsky, publicado en octubre de 2010 en el periódico francés: Le Grand Soir, Journal Militant d`information alternative. Hasta que dí con las pesquisas de un bloguero con este tema.

Pues vale, parece que finalmente el texto atribuido a Chomsky es como la famosa Carta de despedida de Gabriel García Márquez que dió la vuelta al mundo y fue desmentida, el poema Instantes el mas famoso de Borges y que no fue escrito por él, «Quien Muere» atribuido a Neruda, o el último escrito de Jose Luis Sampedro dedicado a Rajoy publicado en la pagina web «Izquierda Digital» de las últimas semanas.

Este último caso de falsa autoría, circuló a toda velocidad por la red  aunque Sampedro ya ha desmentido que fuera suyo. El mismo comenzaba, con perdón: «Querido señor Presidente: es usted un hijo de puta. Usted y sus ministros. Se lo digo así, de entrada, porque sé que nunca va a leerme, como nunca lee usted libros, ni nada más que periódicos deportivos como usted mismo ha confirmado, jactándose, como buen español de ser un ignorante. No se engañe, por eso lo han votado tanta gente….».

Todos estos textos, amparados por falsos autores, siguen circulando y ya se sabe que la mentira da la vuelta al mundo en un sentido mientras la verdad lo da en el otro. Pero, autorías aparte, no me resigno a dejar de transcribir las 10 estrategias de manipulación de los medios. Como mínimo tiene el interés de la difusión que ha alcanzado. Y mucho de lo que ahí se expone me parece de rabiosa actualidad.

Las 10 estrategias de manipulación de los medios.

1. La estrategia de la distracción.

El elemento primordial del control social es la estrategia de la distracción, que consiste en desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones insignificantes. La estrategia de la distracción es igualmente indispensable para impedir al público interesarse por los conocimientos esenciales, en el área de la ciencia, la economía, la psicología, la neurobiología y la cibernética. “Mantener la atención del
público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real. Mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a granja como los otros animales”.

2. Crear problemas, después ofrecer soluciones.

Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales y el desmantelamiento de los servicios públicos.

3. La estrategia de la gradualidad

Para hacer que se acepte una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos. Es de esa manera que  condiciones socioeconómicas radicalmente nuevas fueron impuestas durante las décadas de 1980 y 1990: Estado mínimo, privatizaciones, precariedad, flexibilidad, desempleo en masa, salarios que ya no aseguran ingresos decentes, tantos cambios que hubieran provocado una revolución si hubiesen sido aplicadas de una sola vez.

4. La estrategia de diferir.

Otra manera de hacer aceptar una decisión impopular es la de presentarla como “dolorosa y necesaria”, obteniendo la aceptación pública, en el momento, para una aplicación futura. Es más fácil aceptar un sacrificio futuro que un sacrificio inmediato. Primero, porque el esfuerzo no es empleado inmediatamente. Luego, porque el público, la masa, tiene siempre la tendencia a esperar ingenuamente que “todo irá a mejorar mañana” y que el sacrificio exigido podrá ser evitado. Esto da más tiempo al público para acostumbrarse a la idea del cambio y de aceptarla con resignación cuando llegue el momento.

5. Dirigirse al público como criaturas de poca edad.

La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantilizante. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad”.

6. Utilizar el aspecto emocional más que la reflexión.

Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores” (ver ‘Armas  silenciosas para guerras tranquilas’).

8. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto, malhablado, admirador de gentes sin talento alguno, a despreciar lo intelectual, exagerar el valor delculto al cuerpo y el desprecio por el espíritu…

9. Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. ¡Y, sin acción, no hay revolución!

10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen.

En el transcurso de los últimos 50 años,los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la  mayor parte los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos.

El orden criminal del mundo

Después de la manipulación mediática, nada mejor que un documental de «En portada» muy interesante. Dedicarle 43 minutos merece la pena. Ziegler y Eduardo Galeano reflexionan sobre el orden criminal del mundo. Demasiado para hoy. Poco a poco y sin pausa, por un futuro mejor. La resistencia ética individual de Ernesto Sábato, como conclusión. Ondo bizi.

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