El Titanic “navegaba” a vela
Esta semana ha surgido una nueva noticia en torno a la tragedia del Titanic que me ha resultado extremadamente curiosa. Por delante y para mi descargo he de decir que la tragedia del Titanic contada por James Cameron no consiguió interesarme y mucho menos emocionarme. A pesar de que Leonardo di Caprio, guapísimo él, me parece un actorazo, sin duda lo prefiero en su última película "Origen": que por cierto más allá de la fantástica producción y sus efectos especiales, el argumento gira en torno a una idea brillante: "ni la bacteria, ni el virus más virulento son más contagiosos que...una idea. Una vez introducida en un cerebro, es imposible desterrarla...".
Pero volviendo a Titanic, la versión más o menos oficial de la tragedia nos relata una noche clara en que el buque en su viaje inaugural hacia Nueva York, viajaba a 22,5 nudos -alrededor de 25 mph- casi a su máxima velocidad. Surcando el mar confiado hacia su destino, arrogante ejemplo del gran progreso humano alcanzado. De repente, uno de los dos vigías de la plataforma superior toca 3 campanazos: hay un objeto delante. Luego toma el teléfono y comunica al puente: "Iceberg justo delante". El primer oficial William Murdoch ordena a su timonel alterar el rumbo y a la sala de máquinas detener los motores. Todo fue en vano, en cuestión de segundos -37 segundos fue el tiempo que se ha estimado que transcurrió entre la primera advertencia de colisión hasta que el hielo estaba rompiendo el lado de estribor del casco del Titanic.
Sin embargo, según la última versión del accidente dada a conocer en un libro que ahora se publica, dice que el buque no se hundió por ir a excesiva velocidad o por haberse avistado el iceberg cuando era demasiado tarde, sino porque el timonel giró el barco en sentido contrario al que le indicaron.