Un simulacro desastroso: Chernobyl

Ahora que los presidentes de EEUU, Barack Obama, y de Rusia, Dmitri Medvédev,  firmaron el pasado 8 de abril en Praga, el nuevo tratado START para la reducción de armamento nuclear se cumple el aniversario del mayor accidente nuclear ocurrido en el mundo.

Hace ya veinte años que ocurrió el accidente de Chernobyl y de cuando en cuando nos llegan noticias de que el sarcófago presenta grietas y amenaza con fugas. Pero quizás lo que, desde la visión de la gestión de emergencias, es más sorprendente es la causa del accidente: ERA UN SIMULACRO!!!!!.

25-26 abril de 1986

En agosto de 1986, en un informe enviado a la Agencia Internacional de Energía Atómica, se explicaban las causas del accidente en la planta de Chernóbil. Éste reveló que el equipo que operaba en la central el sábado 26 de abril de 1986 se propuso realizar una prueba con la intención de aumentar la seguridad del reactor. Para ello deberían averiguar durante cuánto tiempo continuaría generando energía eléctrica la turbina de vapor una vez cortada la afluencia de vapor. Las bombas refrigerantes de emergencia, en caso de avería, requerían de un mínimo de potencia para ponerse en marcha (hasta que se arrancaran los generadores diésel) y los técnicos de la planta desconocían si, una vez cortada la afluencia de vapor, la inercia de la turbina podía mantener las bombas funcionando.

Para realizar este experimento, los técnicos no querían detener la reacción en cadena en el reactor para evitar un fenómeno conocido como envenenamiento por xenón. Entre los productos de fisión que se producen dentro del reactor, se encuentra el xenón (Xe), un gas muy absorbente de neutrones. Mientras el reactor está en funcionamiento de modo normal, se producen tantos neutrones que la absorción es mínima, pero cuando la potencia es muy baja o el reactor se detiene, la cantidad de 135Xe aumenta e impide la reacción en cadena por unos días. Cuando el 135Xe decae es cuando se puede reiniciar el reactor.

Anulados los sistemas de protección

Los operadores insertaron las barras de control para disminuir la potencia del reactor y esta decayó hasta los 30 MW. Con un nivel tan bajo, los sistemas automáticos detendrían el reactor y por esta razón los operadores desconectaron el sistema de regulación de la potencia, el sistema refrigerante de emergencia del núcleo y otros sistemas de protección. Estas acciones, así como la de sacar de línea el ordenador de la central que impedía las operaciones prohibidas, constituyeron graves y múltiples violaciones del Reglamento de Seguridad Nuclear de la Unión Soviética.

Sobrecalentamiento

Con 30 MW comienza el envenenamiento por xenón y para evitarlo aumentaron la potencia del reactor subiendo las barras de control, pero con el reactor a punto de apagarse, los operadores retiraron manualmente demasiadas barras de control. De las 170 barras de acero al boro que tenía el núcleo, las reglas de seguridad exigían que hubiera siempre un mínimo de 30 barras bajadas y en esta ocasión dejaron solamente 8. Con los sistemas de emergencia desconectados, el reactor experimentó una subida de potencia extremadamente rápida que los operadores no detectaron a tiempo. A la 1:23, cuatro horas después de comenzar el experimento, algunos en la sala de control comenzaron a darse cuenta de que algo andaba mal.

Explosiones

Cuando quisieron bajar de nuevo las barras de control usando el botón de SCRAM de emergencia (el botón AZ-5 «Defensa de Emergencia Rápida 5»), estas no respondieron debido a que posiblemente ya estaban deformadas por el calor y las desconectaron para permitirles caer por gravedad. Se oyeron fuertes ruidos y entonces se produjo una explosión causada por la formación de una nube de hidrógeno dentro del núcleo, que hizo volar el techo de 100 t del reactor provocando un incendio en la planta y una gigantesca emisión de productos de fisión a la atmósfera. (Un gran informe sobre Chernobyl en BBC News)

En los próximos meses asistiremos a una avalancha de datos sobre las consecuencias de este accidente, donde hay quienes insisten en que no fueron tan graves. En fin, el accidente liberó a la atmósfera 100 veces más material radiactivo que el producido en las explosiones de Hiroshima y Nagasaki. Se encuentran restos de contaminación en todos los paises del hemisferio norte.  Y era sólo un simulacro…

Los simulacros y sus condiciones

Lo cierto es que los simulacros son necesarios y muy útiles. Sin embargo, están los simulacros espectáculo, realizados para mayor gloria de algunos servicios, con una relación coste-beneficio bajísima y que sin embargo como elemento propagandístico tienen su cometido. También están los simulacros «cubro el expediente».

Pero tambien están aquellos simulacros donde las empresas o instituciones que las organizan pretenden testar la respuesta de los servicios de emergencia, y llegan con el supuesto práctico, el día y la hora en que quieren ver en cuanto tiempo llegan los recursos de emergencia a actuar en su instalación. Además últimamente hemos vivido hasta simulacros en que empresas importantes realizan simulacros sin avisar de que es un simulacro, generando una falsa situación de emergencia, y jugando con la seguridad de sus clientes, empresas vecinas, etc.

No nos confundamos, no se pueden correr riesgos injustificados en la realización de un simulacro, no se puede «jugar» con recursos necesarios para responder a emergencias reales y con el coste que esto tiene para el erario público, no se puede buscar «realismo» realizando simulacros «sin avisar» o sea convirtiendolos en «emergencias» aunque falsas.

La normativa de autoprotección establece la obligatoriedad a las empresas de realizar simulacros de emergencia anuales. Tengamos cuidado, la norma busca reforzar la seguridad de las empresas, ¿no debiera testarse su dispositivos de seguridad?. Los Servicios de emergencia tienen en el día a día la medida de sus capacidades.

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